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18/07/2014

Nostalgia de lo analógico: fotografía


Algo ha pasado esta noche en mi cuerpo, que me ha hecho levantarme muy retro, si, con nostalgia del pasado. Y claro, tal vez en otros ámbitos de la vida, no se note tanto, pero en el trabajo del audiovisual, los avances y la aparición de nuevas máquinas, van a la velocidad de la luz, no dejando tiempo casi a tu memoria para darte cuenta de cómo empezó todo...

No pretendo con esta publicación explicar el funcionamiento de "viejos aparatos", pero si de algún modo, que a las personas que les gusta el mundo de la fotografía, les entre el gusanillo por técnicas del pasado, que no descartaría volver a usar en un futuro.

Pues bien, no me enrollo más, paso directamente a relatar lo que para mi en un pasado sería obtener una foto. (bajo la premisa, que trabajaremos siempre en blanco y negro)

Cámara réflex analógica con negativo fuera
Foto: Dan

PREPARACIÓN DEL EQUIPO Y A DISPARAR

En las cámaras réflex analógicas, al igual que ahora insertas una tarjeta de memoria, el soporte para "guardar" las imágenes era el negativo, que había que escogerlo en función de su luminosidad (ISO), dependiendo del lugar donde se fuera a fotografiar.
No disponía de pantalla para comprobar la imagen capturada, así que la exposición, debías de asegurarla con los valores correctos según conocimiento. Las cámaras más antiguas se pasaba el carrete a través de una palanca, cosa que luego se motorizó.

Carretes fotográficos de diferentes sensibilidad
Foto: T0zz
Para poder revelar las fotos, se debía de hacer un proceso de recoger el carrete dentro de la máquina, bien fuera manual o automático evitando que le diera la luz, si no, se velaría, quedando todo negro el negativo y perdiendo las imágenes.

PROCESANDO LAS IMÁGENES

El siguiente paso una vez que hemos gastado todo el carrete con fotografías y lo tenemos fuera, es el proceso de revelado, mediante el cual permitimos que le negativo se vuelva positivo y tengamos nuestras imágenes listas para ampliar y sacar en fotografía.
Quizá esta parte es la más bonita, que intentaré poner en modo de esquema para no extenderme demasiado:

  • Los negativos hay que meterlos enrollados en un tanque de revelado completamente a oscuras. Una vez ahí y dependiendo de la marca de carrete, con un tiempo y cantidades específicas, se echan diferentes líquidos para su positivado. Pasados una serie de procesos, podemos sacar los negativos para ver las imágenes capturadas, cortarlos, guardarlos y dejarlos listos para el siguiente paso.
Kit de revelado fotografía
  • Pasaremos a un laboratorio o cuarto oscuro, iluminado nada más que por la típica luz roja, para realizar el proceso de positivado, en el que mediante una ampliadora, sacaremos nuestras imágenes a papel dando los valores y tamaño según gusto (más grises, menos, usar máscaras, etc)
Ampliadoras fotográficas en cuarto con luz roja
  • Inmediatamente después, vendría lo que ahora conocemos como la impresión de fotografías y para mi, la más impresionante, ya que de un simple papel blanco, al contacto con un líquido, habiendo estado expuesto a la luz y por un proceso químico, aparece por arte de magia la imagen.

Bandejas con líquidos reveladores para fotografía

Adjuntamos un par de vídeos con todo el proceso, que aunque están en inglés y pueden resultar largos, podéis haceros una idea de lo que es embarcarse en esta aventura de la fotografía analógica.




Como veis, los adelantos nos permiten tener una fotografía en nuestras manos mucho más rápido en la actualidad (salvando cuando se usaba la Polaroid), pero dejando de lado la calidad que nos pueda aportar ambas, yo creo que toda aquella persona que haya conocido la fotografía desde este punto de vista, entiende mucho más los conceptos fotográficos y sobre todo, la siente de una manera mucho más intensa. ¿Qué creéis?


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